No estamos viviendo una época de cambios, si no un cambio de época donde se pone de manifiesto la crisis de la civilización que tiene que ver con la manera de concebir, organizar la vida y la sociedad en todos los campos y dimensiones; por ello se debe tener conciencia que algo se ha deteriorado definitivamente y para ello es necesario tomar decisiones que se correspondan a la realidad demandante.
En este sentido se propone una disciplina de la educación basado en la fe cristiana, donde la mayor manifestación es la doctrina católica emanada de los principios de Dios y el amor hacia el prójimo.
Bajo este paradigma los educadores profetas buscan condicionar el futuro de una cambio radical partiendo desde la estructuras mentales, como nuestro estilo de vida, no siendo excluyente, sino incluyentes, desde los humildes, los pobres, los marginales y de esta manera dejar de lado la premisa de la codicia y otros aspecto negativos del hombre para con el hombre y tomar en cuenta lo endógeno que tenemos en lo propio y lo ajeno.
De igual manera se propone desde la acción educativa promover el valor del respeto, reconociendo que todas las comunidades tienen su propia cultura donde hoy día de debe rescatar, conocer, valorar y compartir, así mismo la ética debe prevalecer como el comportamiento justo y la manera correcta y responsable de relacionarse el humano entre sí y con el cosmo, de acuerdo a la naturaleza propia de cada uno de ellos.
El ser humano vive éticamente cuando renuncia a estar sobre los otro, para colocarse junto con los otros en actitud de comunión, cuando entiende que el no es un solo un ser de deseos y ambiciones egoístas para satisfacer a toda costa, sino también un ser de solidaridad y de comunión.
EL ARTE DE EDUCAR EN POSITIVO
En este aspecto abordamos la idea de promocionar al docente con la capacidad de suscitar la educación integral del joven, mediante un acompañamiento respetuoso, dialogante, motivador, amistoso que le permita construir su propio proyecto de vida.
La educación en positivo, consiste en una permanente intervención pedagógica estimulante y promocional tendiente a ayudar a los jóvenes a descubrir, interiorizar y exteriorizar aquel conjunto de valores profundamente humanos que deben inspirar y orientar toda su vida.
Los valores que se promueven a través de la educación no son simplemente enunciados teóricos para ser conocido por las personas, sino que deben ser interiorizados en formas de convicciones y exteriorizados objetivamente en sus actitudes y actuar cotidiano.
Se educa en valores dentro y mediante una comunidad educativa, ya sea familiar, centro escolar, organización, movimientos, iglesia entre otros, que encaren y propulsen los valores.
Educar en valor es una experiencia transformadora y se mide por los cambios de vida de las personas y por el compromiso transformador de cada uno de y su grupo.
Educar en valor es una experiencia celebrada del ser donde se siente con profundidad el sentido de vivir y actuar en lo personal y en comunidad, con un espíritu de dinamismo, renovación y fuerzas para superar las dificultades, los fracasos y contradicciones de la vida.
Educar en valor es una experiencia evaluada bajo la mirada retrospectiva pensando críticamente sobre el proceso vivido, su desarrollo, sus pasos, la participación de las personas, los logros. Las dificultades y también las frustraciones.Ante ello la educación en positivo deberá:
.- Desplegar el sentido comunitario .- Promover el sentido de pertenecía .- Desarrollar el valor de la solidaridad .- Impulsar el valor de la responsabilidad .- Afianzar el valor de la identidad cultural, patrimonial, entre otros.
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